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La Nueva CubaLos niños cubanos recién nacidos no traen bajo el brazo el clásico pan del cuento. En su lugar los bebés cubanos cargan sobre sus espaldas una deuda externa de $1,350 dólares per cápita. Es la parte que le corresponde a cada uno de los cubanos de la deuda externa reconocida por la dictadura castrista. Una deuda activa de 7,800 millones de dólares y otros 7, 592 millones de deuda inmovilizada, que en el lenguaje del castrismo quiere decir, que no se paga desde 1986. No hablemos, claro, de la deuda de casi 30,000 millones de rublos convertibles, que heredó Rusia de la extinta Unión Soviética. Cuba se niega a pagarla, dicen algunos, porque Fidel Castro alega que el país al cual se le debía ya no existe. Quizás ese endeudamiento prematuro al cual están expuestos los niños cubanos puede servir a los sociólogos y psicólogos sociales, que buscan razones para explicar los bajos índices de natalidad en Cuba. Es una realidad que se añade a otro buen número de razones. Las mujeres cubanas se niegan a parirle hijos a la miseria; y para eso no necesitan manejar estadísticas ni conocer el volumen de la deuda externa. Basta con vivir la realidad cotidiana. ¿Por qué Cuba tiene uno de los índices de natalidad más bajos del mundo? ¿Cómo se explica que un país subdesarrollado, mantiene tasas de natalidad similares a las de las sociedades industriales? Y por supuesto, no se trata de ninguna ventaja. Las consecuencias demográficas y sociales de ese crecimiento casi cero, mantenido como una constante en los últimos años, ha provocado el envejecimiento y la reducción de la población en edad laboral. Dicho en palabras claras: cada vez más, unos pocos tendrán que trabajar para sostener a los más. Una relación fatal, si para añadir dificultades, esos pocos que trabajan tienen pésimos índices de productividad. En esa ecuación se basa la nueva ley de Seguridad Social, que el gobierno quiere aprobar en los próximos meses y que aumentará en cinco años la edad de jubilación, que ahora es de 55 años para las mujeres y 60 para los hombres. Otra necesaria corrección al diseño económico del Comandante en Jefe. Hay otras correcciones más difíciles de lograr. Se trata de la capacidad exportable de bienes productivos del país; o mejor dicho, de la falta de ella. La Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba acaba de publicar el Anuario Estadístico de 2007. Es un amplio muestrario económico-social de la situación del país. Son cifras oficiales que -con toda la prudencia que merecen su credibilidad-, si el lector tiene la curiosidad de revisar, puede encontrar en el sitio de internet de ese organismo oficial: www.one.cu. Ofrezco el dato de propina. Los principales bienes de exportación de Cuba cayeron en el 2007 en comparación con las cifras del año anterior, según los datos de la ONE. A modo de ejemplo, vale citar que la exportación de medicinas y fármacos cayó de $306 millones en el 2006 a $289 en 2007. Decía que las estadísticas oficiales hay que tomarlas con prudencia. Este es un ejemplo concreto. La edición digital de la revista Bohemia, de la última semana de julio había asegurado que de acuerdo con datos del Grupo farmacéutico del Ministerio de la Industria Básica, Cuba ingresó unos 350 millones de dólares en 2007, a cuenta de la venta en el exterior de unos 180 fármacos. La ONE dice otra cosa. La producción del tabaco bajó de $246 millones a $236 y el azúcar cayó de $216 en 2006 a millones a $193 millones en 2007. Entre los bienes exportables de Cuba el níquel fue la excepción ocupando ahora el primer lugar en los ingresos por concepto de bienes exportados. Las ventas cubanas de níquel en 2007 llegaron a los $ 2.153 millones de dólares, con un crecimiento del 35% respecto a los 1.403 millones de 2006. Cómo la ONE no ofreció cifras del volumen de producción hay que atribuir ese incremento, al aumento del precio del níquel, más que a un aumento de la producción nacional. El comercio total de bienes de Cuba en el 2007 fue de $13,784 millones de los cuales $3,701.4 millones corresponden a exportaciones y $10,082 millones importaciones. El déficit en esa balanza comercial de bienes fue compensado por la prestación de servicios médicos, principalmente a Venezuela, que alcanzó los $7,952 millones en el 2007. ¿Cómo se puede medir el valor de esos servicios? Bueno esa es la gran incógnita para los especialistas en el tema. Por lo pronto, si las cifras de la ONE no mienten, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, paga con generosidad la factura que le pasa la dictadura cubana, a cambio de los médicos, asesores deportivos y de otro tipo, que prestan servicio a la revolución bolivariana.Por Pablo Alfonso Diario Las AméricasFloridaE.U.Ïnfosearch:Fidel NuñezAnalista Jefe de BuróLatinoaméricaDept. de InvestigacionesLa Nueva CubaAgosto 24, 2008