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Unión Liberal CubanaMito Nº 1: Fidel Castro era un ingenuo revolucionario, al estilo de Robin Hood, cuando llegó al poder.
Realidades: Fidel Castro ya era un revolucionario experimentado cuando llegó al poder en 1959. Había recibido entrenamiento militar en Cuba durante la preparación para una expedición contra el dictador de la República Dominicana, Rafael Trujillo, en 1947. Había participado en la violencia que conmocionó a la sociedad colombiana en 1948, (el "bogotazo") cuando distribuyó propaganda anti-norteamericana en Bogotá. Estando en la cárcel en Cuba en 1954, le dió estas instrucciones a uno de sus seguidores: "Sonríele a todos, que ya habra tiempo mas adelante para aplastar a todas las cucarachas juntas." Castro declaró más tarde que había leído a Lenin y se había convertido en admirador del revolucionario ruso. Mientras estaba en las montañas, luchando contra la dictadura de Batista en 1958, Castro escribió: "Mi verdadero destino cuando llegue al poder es combatir a los Estados Unidos."
Mito Nº 2: Fueron los Estados Unidos quienes empujaron a Castro y a la revolución cubana al campo soviético.
Realidades: En 1959 Castro era un lmder anti-norteamericano que buscaba transformar a Cuba e instalarse indefinidamente en el poder. Buscó y recibió el apoyo soviético para hacer realidad su agenda política. Los soviéticos introdujeron misiles nucleares en Cuba con el fin de alterar el balance de poder mundial y para obligar a los Estados Unidos a ofrecer concesiones sobre Berlín, no para defender a Castro de los Estados Unidos. Si los soviéticos hubieran querido defender a Cuba podrían haber firmado un acuerdo militar con Castro, o haber hecho a Cuba parte del Pacto de Varsovia, o instalado varias divisiones militares soviéticas en la isla, no introducir subrepticiamente los misiles que pusieron al mundo al borde de la confrontación nuclear. La alianza cubano-soviética fue un acuerdo de conveniencia mutua y de interés estratégico para ambos países.
Mito Nº 3: El embargo norteamericano es la causa del sufrimiento económico de Cuba.
Realidades: Cuba puede vender y comprar a la mayoría de países, excepto Estados Unidos. Los alimentos y las medicinas no son parte del embargo norteamericano, y Cuba puede comprarlos a Estados Unidos. Estados Unidos no es el país mas barato paa que Cuba compre alimentos, tecnología, etc. Cuba no cuenta con los recursos financieros para comprar en el mercado mundial grandes cantidades de los productos que necesita, y las prioridades de Castro son el gasto militar y el apoyo a sus causas internacionales. Por estas razones es que hay carestía de bienes de consumo en Cuba. La economía cubana, dominada por el estado, al igual que la de Europa oriental y la antigua Unión Soviética es improductiva, ineficiente y esta plagada de malos manejos y corrupción. El sufrimiento del pueblo cubano no es resultado del embargo norteamericano, sino producto de una economía fallida, dominada por Castro y su élite militar durante 47 años.
Mito Nº 4: Si tratamos bien a Castro, él nos tratará bien a nosotros.
Realidades: Existen líderes en el mundo que tienen sus propias convicciones políticas, religiosas e ideologicas, y se oponen y detestan a los Estados Unidos y sus políticas. Durante 47 años Castro ha demostrado su animosidad y odio hacia los Estados Unidos. Cuba ha apoyado grupos terroristas y revolucionarios anti-norteamericanos en todo el mundo. Castro no está dispuesto a cambiar esas políticas para tener mejores relaciones con Estados Unidos. Los aliados más cercanos de Castro hoy en día incluyen a Venezuela, China, Iran y Corea del Norte.
Mito Nº 5: Si los turistas norteamericanos visitan Cuba, podemos conseguir que llegue la democracia a la isla.
Realidades: Durante las pasadas cuatro décadas millones de turistas latinoamericanos, europeos y canadienses han visitado la isla; sin embargo, Cuba es hoy más totalitaria y represiva que nunca. Los turistas norteamericanos visitarán centros vacacionales aislados y gastarán dólares norteamericanos en hoteles y tiendas que son propiedad del gobierno, reforzando así las empresas del estado, teniendo al mismo tiempo muy poco impacto en la política o la sociedad cubana. No existe evidencia empírica que el turismo, el comercio o la inversión hayan tenido algo que ver con el colapso del comunismo en Europa oriental. Si creemos que el turismo puede cambiar a una sociedad, debemos comenzar un programa masivo para enviar turistas norteamericanos a Corea del Norte y a Iran. Por el Dr. Jaime Suchlicki, Miami