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Unión Liberal CubanaPor
Alejandro Arreaza, Maracay* para "El Aragueño," Maracay, Venezuela / Octubre 31, 2006 Sin lugar a dudas la salud es el principal tesoro del que puede gozar una persona. Difícilmente sin salud alguien puede trabajar, estudiar o ejercer cualquier otra actividad que le proporcione bienestar o sirva de medio para alcanzar el mismo. De esta forma, ante la importancia que tiene para una sociedad la salud, ésta es considerada un bien público el cual busca garantizar el Estado, bien sea directa o indirectamente, a través de la administración de servicios hospitalarios, el establecimiento de leyes y regulaciones que garanticen la seguridad social de la población, y/o mediante el subsidio de entes privados que sirven a la comunidad. En Venezuela, durante las últimas décadas el Estado ha sido bastante ineficiente en garantizar a la sociedad este derecho que establece la Constitución, dándose una combinación de factores que abarcan una infraestructura deteriorada, carencias de recursos, y médicos mal pagados, lo cual va en contra de garantizar un servicio digno para todos los ciudadanos.En este sentido, el actual gobierno, en medio de su política de acuerdos internacionales, creó la conocida Misión Barrio Adentro, la cual plantea el intercambio de servicios médicos prestados por personal cubano en el país a cambio del financiamiento del consumo de petróleo de la isla. Recientemente, en su visita a Nueva York, el Presidente Chávez trataba de justificar este intercambio diciendo: "Nosotros no andamos regalando petróleo. Andamos haciendo intercambios. A Cuba le enviamos casi 90 mil barriles de petróleo, lo cual le ha permitido a Cuba levantar la economía y Cuba nos paga con 20 mil médicos". Ante estas palabras del Presidente no nos cabe duba del beneficio que puede representar este intercambio para el gobierno cubano, sin embargo, al evaluar los beneficios para Venezuela nos vemos obligados a hacernos una pregunta: ¿Cuánto vale un médico? Considerando la importancia que le damos a la salud, el valor de un médico podría ser infinito. Sin embargo, los señalamientos del Presidente arrojan unos resultados que llaman la atención. Si nos remitimos a cuantificar los costos del intercambio que señala el Presidente,considerando que en lo que va de año la cesta petrolera venezolana promedia alrededor de US$ 58 el barril, esto implicaría que diariamente un médico cubano le cuesta al país US$ 261, que representa 561.150 bolívares. Mensualmente este monto se traduce en 16,8 millones de bolívares , lo cual resulta diez veces superior a lo que percibe un médico venezolano que trabaja en el sector público. Esta abismal diferencia ya constituye una injusta discriminación entre los médicos cubanos y los venezolanos. Adicionalmente, si evaluamos el costo global que representa el programa que suma 20.000 médicos, encontramos que ellos le cuestan a la nación Bs. 4,1 billones (US$ 1.8 millardos).Esta impresionante cifra es equiparable al presupuesto completo del Ministerio de Salud y Desarrollo Social para este año, y es 5,7 veces superior al monto que estipula el mismo presupuesto por concepto de gastos de personal, cuyo número de empleados es significativamente superior a los 20.000 médicos que implica el intercambio con Cuba. Teniendo claro la importancia que tiene el derecho de la población a recibir un servicio de salud digno, estas cifras revelan que el gobierno está haciendo una pésima administración de los recursos públicos a través de esta negociación. De hecho, con los mismos costos en que está incurriendo la nación en el intercambio realizado por el Presidente Chávez, por ejemplo, se podría dotar a más de cuatro millones de personas de una póliza de seguro, que no sólo cubra los costos de atención primaria que se están atendiendo a través de los médicos enviados por el gobierno cubano, sino que le otorgaría cobertura suficiente para ser atendidos en las mejores clínicas privadas del país ante cualquier quebranto de su salud, desde un simple resfriado hasta una enfermedad grave. Esto demuestra, que sin poner en duda los beneficios que estos programas representan para la población, estos están siendo administrados ineficientemente.
Con los mismos recursos se puede dar más y mejores servicios para la población. Es posible mejorar, Venezuela lo merece.